Células madre de médula ósea como tratamiento en EPOC y fibrosis pulmonar.

19 10 2011

En la última década, ha habido un impresionante adelanto de las investigaciones científicas alrededor de los beneficios del tratamiento con células madre en enfermedades pulmonares crónicas tales como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), la fibrosis pulmonar y el enfisema.

En mayo del presente año (2011), las Universidades de Parma (Italia) y Harvard (USA) publicaron en el New England Journal of Medicine un estudio científico con evidencia contundente de la existencia  de células madre residentes en los pulmones humanos con capacidad de regenerar el órgano, que al ser trasplantadas a ratones crearon en esos animales, alvéolos, bronquiolos y arteriolas con ADN humano. Estas células pulmonares son elementos clave en la regeneración de pulmones enfermos cuando se encuentran en presencia de células madre trasplantadas de otros tejidos como el hematopoyético proveniente de la médula ósea.

En ésta ocasión compartimos con nuestros lectores un resumen del artículo publicado en la prestigiosa revista CHEST en Septiembre del 2011 por las Dras Carla P. Jones, PhD y Sara M. Rankin, PhD, de la  Sección de Biología del National Heart and Lung Institute, del  Imperial College London, Inglaterra.

En dicho estudio se menciona que en años recientes  se ha descubierto que además de las bien conocidas células madre hematopoyéticas, la médula ósea humana del adulto contiene otras células progenitoras no hematopoyéticas como son las células madre endoteliales (CME), los fibrocitos y células madre mesenquimales (CMM), las cuales en ciertas condiciones especiales son descargadas desde la médula hacia el torrente sanguíneo donde circulan en la sangre, contribuyendo a reparar los tejidos dañados en respuesta al desgaste o injuria de los mismos.

A continuación una breve descripción de estas células:

Células Madre Endoteliales (CME).

Descritas por primera vez por Asahara y colaboradores en 1997, se identifican como un grupo de células mononucleares de la sangre humana, capaces de diferenciarse en células endoteliales que poseen la facilidad de contribuir a la formación de nuevas arteriolas o vasos sanguíneos (angiogenesis y vasculogenesis). Estudios actuales han dejado claro que existen dos tipos diferentes de CMEs: las primeras resultantes de la línea de células formadoras de la sangre (hematopoyéticas) y conocidas como de crecimiento temprano; y las segundas provenientes de la línea endotelial y conocidas como de crecimiento tardío.

Es  importante señalar que cada una de estas células tiene una finalidad distinta,  dado que las de crecimiento temprano no se involucran directamente en la formación de nuevos vasos sanguíneos, sino que secretan factores pro angiogénicos que promueven la actividad angiogénica y vasculogénica por medio de mecanismos paracrinos ayudando a la creación de nuevos vasos sanguíneos.

En contraste con lo anterior, las células de aparición tardía, sí poseen la habilidad biológica de crear directamente vasos sanguíneos tanto en vivo como en el laboratorio. Esta característica es importante de destacar debido a que la acción conjunta de ambos tipos de células conducen a la creación de nuevas arteriolas y vasos sanguíneos, lo que su vez, que permiten la regeneración del tejido pulmonar y su irrigación sanguínea.

Dos estudios desarrollados en China han reportado resultados positivos y eficaces cuando se trasplanta este tipo de células  en pacientes con hipertensión pulmonar idiopática y se acompaña además con el tratamiento convencional. Dos estudios más se están realizando en China y en Canadá con el fin de confirmar los beneficios actividad de las CME.

En cuanto a los fibrocitos, actualmente se tiene evidencia científica de que las células madre fibroblásticas provenientes de la médula ósea  pueden contribuir con el proceso de regeneración pulmonar debido a que son reclutadas o atraídas al sitio de de inflamación estimulando la reparación por medio de la producción de matriz extracelular y moléculas como la colágena 1 y 2, el vimentin y el fibronectin, necesarios para la reparación del tejido

Células Madre Mesenquimales (CMM).

Las CMM son células estromales multipotentes que pueden ser aisladas o recuperadas de numerosos tejidos incluyendo médula ósea, músculo esquelético, fluido amniótico y tejido graso, y son capaces de convertirse en cartílago, hueso, neuronas, músculo y otros tejidos del cuerpo humano.

Sin embargo, la principal propiedad de estas células es la de producir un potente efecto inmunosupresor debido a su habilidad de secretar sustancias inmunomoduladoras incluyendo prostaglandinas, oxido nítrico y factor de crecimiento.

Las CMM pueden ser recolectadas de la médula ósea del enfermo y expandirse en el laboratorio para ser usadas en la terapia. Sus poderosos efectos inmunosupresores y antiinflamatorios han sido reportados por muchos investigadores tanto en animales como en humanos, destacando su uso en enfermedad de injerto contra huésped, en esclerosis múltiple y otras enfermedades autoinmunes. Con respecto a las enfermedades pulmonares  hay abundantes informes que muestran una reducción de las lesiones causadas por estas enfermedades cuando se usan CMM, al igual que el efecto beneficioso de esta células en el tratamiento de diabetes, enfermedad de Crohn’s y otras.

El último tipo de células provenientes de médula ósea  son las epiteliales que también han demostrado que pueden diferenciarse o convertirse en epitelio pulmonar y coadyuvar en promover la curación de los tejidos.

En conclusión, se puede afirmar que las células madre provenientes de médula ósea son efectivas para el tratamiento de enfermedades pulmonares como la EPOC, la fibrosis y el enfisema, y al ser obtenidas del cuerpo del mismo paciente no presentan ningún tipo de rechazo.





La Terapia con Células Madre mejora los Pacientes con EPOC y Enfermedades Pulmonares.

3 10 2011

La EPOC y la fibrosis pulmonar continúan siendo dos de las enfermedades pulmonares más frecuentes y de mayor incidencia en USA y Latinoamérica. Millones de personas que por años han pasado expuestos al humo del cigarrillo o al de las biomasas como la leña y otros, padecen de estas enfermedades que hasta hace poco tiempo no tenían ninguna alternativa de tratamiento médico.

Sin embargo, desde hace unos 10 años a la fecha, las investigaciones en este campo han avanzado considerablemente hasta el punto de que ya disponemos de un tratamiento cuyos resultados son positivos: reducen la dependencia del oxígeno, mejoran la calidad de vida del paciente, es de corto plazo (alrededor de una semana) y de muy bajo riesgo. Nos referimos a la Terapia con Células Madre provenientes del propio paciente.

Este tipo de tratamiento es una variante de los procedimientos hematológicos que durante más de 50 años han sido parte del arsenal terapéutico de los especialistas en enfermedades de la sangre. El procedimiento se basa en el hecho, científicamente demostrado, de que todos los tejidos  del cuerpo poseen algún tipo de célula progenitora capaz de regenerar los tejidos, incluyendo el sistema nervioso y el respiratorio.

En el caso del pulmón, las Universidades de Harvard (USA) y Parma (Italia) han demostrado más allá de toda duda, la presencia de células residentes en el pulmón que son capaces de crear nuevos alvéolos, bronquiolos y vasos sanguíneos humanos, aún cuando estas células hayan sido trasplantadas a un ser de otra especie. En estos experimentos, los científicos marcaron células madre pulmonares humanas y las trasplantaron en ratones donde se comprobó que dichas células generan nuevo tejido pulmonar con características y ADN humano dentro de estos animales. La respuesta a la pregunta de porque el pulmón no se regenera él solo si posee estos recursos, es debido a que este tipo de células son extremadamente escasas dentro del órgano y no alcanzan a cumplir su función regeneradora.

Por otro lado, hay áreas en el cuerpo humano donde las células madre son más abundantes. La médula ósea es uno de esos sistemas en los cuales la capacidad de regeneración es extremadamente alta, de tal forma, que todo individuo cada 120 días renueva por completo su sangre (especialmente sus células) a partir de una serie de células madres ó progenitoras que se convierten en células sanguíneas o se dividen en otras células progenitoras iguales a su antecesora, manteniendo la capacidad de producir tejido sanguíneo durante toda la vida de la persona, sin que se agote la existencia de las mismas.

Pero esto no es todo. Se ha comprobado fehacientemente, que estas células progenitoras provenientes de la médula ósea, tienen la capacidad de convertirse en células de otro linaje (diferente tejido), si se colocan en el sitio adecuado y reciben los estímulos especiales del órgano donde se ubicaron. Esta particularidad es la clave por la cual la Terapia con Células Madre de pulmón es exitosa, en vista de que  las células trasplantadas, con la guía de las células propias del pulmón, se convierten en tejido pulmonar y regeneran el órgano dañado. Múltiples estudios a nivel mundial confirman este hecho y los resultados del uso clínico de este procedimiento muestran que es de beneficio para los pacientes.

El enfermo de EPOC, enfisema o fibrosis pulmonar que recibe la terapia con Células Madre, mejora su capacidad pulmonar, reduce el uso del O2, mejora su calidad de vida y detiene el progresivo deterioro de sus pulmones, incluso en aquellos casos de enfermedad severa o extrema, en los que incluso ponerse en pie produce grave sensación de ahogo.